No podemos ser vistos así – Jane Wilde
Mientras Gary le dice a Elliot que lo necesitan en otro lugar para encargarse de una tarea, Amelia parece incapaz de quitarle los ojos de encima. Aunque Elliot se queja, Gary le recuerda quién es el jefe allí, por lo que pronto sale de la habitación a regañadientes. Gary se disculpa con Amelia por la intrusión, aunque Amelia insiste en que puede mantenerse ocupada mientras Elliot no está… Cuando Amelia se acerca a él de manera más obvia, Gary intenta resistirse, pero ella juega con él, insistiendo en que sabe que él también debe sentir algo por ella.