Donde Dios no mira – Penelope Kay

Belle confiesa a un sacerdote sus deseos sexuales, a pesar de saber que debería esperar al matrimonio. Al recibir el consejo de buscar fortaleza en la oración, cuestiona la firmeza de la Iglesia sobre la virginidad y argumenta que ciertos actos sexuales podrían ser considerados pecados menores. Debate la idea de pecar con un hombre de fe en lugar de un extraño y, finalmente, el sacerdote cede a la tentación y accede a mantener relaciones sexuales con ella, lo que sugiere que Belle estaba al tanto de sus debilidades.